lunes, 15 de diciembre de 2014

Orgulloso que está uno del hermano artista...

Mi hermano, el fotógrafo Javier Parcero Aznar, es el autor de las fotos que acompañan a mis poemas en "Piedras que no llegan al mar", así como de su portada. Unas fotos en blanco y negro, con esa expresividad que sólo pueden tener ese tipo de imágenes, elegantes, intensas, muy hermosas.




Javi tiene una página web como profesional:

http://www.javierparcero.es/


pero destacaré también su galería digital, disponible en:

http://javivitum.tumblr.com/



Disfruten con las imágenes, todas tienen su pequeña historia, todas merecen una "segunda ojeada"...






jueves, 27 de noviembre de 2014

Y la Nocilla provocó experiencias más allá de esta dimensión…


Algunos poetas deciden ampliar el “reducido espectro” hacia el que dirigen su creatividad, y mueven los hilos correspondientes para que se les publiquen novelas. Hasta aquí nada que oponer, lo minoritario de siempre ha tenido su “charme”, pero aporta escasos réditos económicos y tan apenas prestigio académico.

Ser maldito se queda para esos nombres que todos conocemos sin necesidad de acudir a Wikipedia, y en el silencio acogedor del anonimato de cuatro almas coherentes. Luce más apuntarse a la moda de turno. Redactar la ultimísima novela histórica, o en este caso, (lo de la pasión por la Historia se lo vamos a dejar a otra, trepa, “colocaticia”, de las que se dejaba ver venir desde muy lejos) entrar en Olimpo de los Nocilla, con alguna de esas obras metaliterarias y metavivenciales, elitista en su justa medida, según el patrón de los críticos que te van a encumbrar, en la línea de lo que vende lo suficiente y en realidad únicamente leen los capaces de superar el tedio al que conduce un autobombo insufrible y asfixiante.
 

 

Funciona.

Uno se hace un nombre más allá del terruño, deja de ser cabeza de ratón, para ser alguien, y alguien sólo se puede ser si se es en Madrid, y entonces, ocurre porque sí, se produce el milagro de que te den el premio que patrocina tu editorial, y que resulta ser uno de los más considerados de España.

Lo inquietante, y no entraré en más valoraciones morales, es que quien así actúa se presente en toda ocasión como una especie de “antisistema” de altura intelectual, un “rebelde con causa –por mucho que la causa, ni sea ejemplarizante, o ni siquiera se aproxime remotamente a una causa, o sí, la causa de labrarse un futuro como escritor de renombre-, un resabiado “mete-el-dedo-en-la-llaga”, aposentado en realidad, y hasta las trancas, en ese “stablishment” contra el que asegura arremeter por activa o por pasiva, por las redes sociales o por donde le dejen.





 

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Para ver la poesía de una composición

Luis Moreno, autor de las fotos que acompañan a mis poemas en este blog, realizó esta impresionante composición, cuyas fotos fueron tomadas desde uno de los fenecidos pabellones de la Expo 2008.





 
 


 
 






















No deja de ser una reflexión gráfica de lo que supuso -y supone- un acontecimiento de esas características, en todos los sentidos: quedan su huella, el recuerdo de las maravillas, la resaca de la corrupción política, y por desgracia, la decepción de que esos fastos no bastaran para sacar a Zaragoza del ostracismo de las grandes ciudades ignoradas y sin perfil.

Fue mucho, bueno/regular/malo (cada uno que tache lo que corresponda), y permanece bastante más de lo que parece...


Poeta para llevar

Comparto con vosotros hoy la ilusión que me hizo volver de vacaciones de Navidad este año, ahora que se acercan esas fechas otra vez, y encontrarme con que el protagonista del número 7 de "Poesía para llevar" (iniciativa de la que ya os he hablado en otro momento) era... yo mismo.

Repuesto de la impresión, me sentí -y me siento- halagadísimo por que mis compañeros del IES Benjamín Jarnés de Belchite me propusieran como autor.








 Incluyo las imágenes de la "hojilla volandera" en la que aparece mi poema Esencia, comentado además por alumnos de 2º y 3º de ESO (algo que me sigue haciendo muchísima ilusión), y que ha corrido su propia suerte entre los veintiún institutos que participaron el curso pasado en esta "ocurrencia" maravillosa de Poesía para llevar, en la que este curso vuelvo a colaborar aunque en esta ocasión desde el IES Gállicum de Zuera.






Más que decir sobre "gafapastas" y panolis de todo pelaje

Escuché lo de "se han pasado cien pueblos" cuando en su momento se incluyó a Cálamo en El País Semanal como una de las mejores librerías del mundo, y con ello rebosó el vaso, me tocó rebelarme en Facebook, en una entrada del 9 de enero de este año. Me reafirmo en lo dicho y que aquí vuelvo a exponer.





Más catetos que aquellos de los que reniegan ante la supuestamente discutible elección de la librería zaragozana, lo son mucho más tanto "gafapasta", "modenno ciudadano del mundo" y demás panoli pseudoprogre que hacen tristemente cotidiano el dicho de que nadie es profeta en esta tierra.

Cateto es el escritorcillo que en ese mismo semanal propone una sucursal londinense de una cadena de librerías británica, digámoslo claro, como si aquí se propusiera a Casa del libro, por la peregrina razón de que el inmueble que la alberga en Piccadilly, acogiera en su momento una tienda "divina" que desgraciadamente ya no existe.

Patético que tres escritores españoles no encuentren ni una sola librería digna de destacar en toda nuestra geografía (¿ni en Madrid siquiera?); tiene que ser el catalán el que muestre una en Barcelona, y cuando un gallego sobradamente asentado en Zaragoza lo hace con una magnífica librería de la ciudad, va demasiado lejos. Por supuesto, hay un escritor mejicano, uno colombiano y uno argentino, que recomiendan sin empacho una librería de cada uno de sus países. Aquí no, aquí para ser "guay", hay que marcharse a París a reconocer que una librería famosísima ya no merece serlo -y si no lo es, no sería más lógico haber propuesto otra librería, por ejemplo una de Cuenca-, o a Nueva York, que luce más.

Y sí, es la librería en la que presenté mi libro "Piedras que no llegan al mar", de lo cual me siento especialmente satisfecho...





 

Más poesía visual. Me encanta este poema visual de Gonzalo Escarpa...









Gloria Fuertes en el cielo y paz a los hombres y mujeres de buena voluntad...

Cúmulo de casualidades, coincidencias, hora bruja constante,... ¿Cómo explicarlo de otra manera?

Primero fue buscar un libro de poemas para que mi preciosa sobrina Sara lo llevara al cole. Rebuscando, reencontré y reaprecié "Obras incompletas" de la escasamente (lo que no puede ser más injusto) valorada Gloria Fuertes.


 Lo siguiente fue acudir como hago con cierta frecuencia, al blog de Begoña Oro (me declaro fan), para encontrarme con las siguientes joyas:

http://elblogdelao...ro.blogspot.com.es/2013/11/gloria.html

http://www.mediavaca.com/…/au…/escritores/102-fuertes-gloria

-Atención con lo que aparece en la página de Media Vaca, es puro oro también...-

Y por si la cosa no fuera ya materia de "poltergeist", recibo hoy lo que será la siguiente entrega de Poesía para llevar, y adivinen señores la autora seleccionada (lástima que con la etiqueta "para lectores no adultos", revísese por favor), sí, es ella, la inconfundible maga de las palabras, la poeta con la que tantos crecimos a las rimas, que recuerdo subida en aquel árbol de una importante avenida de Madrid durante la retransmisión de la Cabalgata de Reyes, en un irresistible e imaginativo agarradero a la ilusión...






La valiente muchacha que se rebeló contra todos ejerciendo de poeta (no le gustaba poetisa, a mí tampoco) y llevando corbata, escribió lo siguiente:



CUANDO TE NOMBRAN

Cuando te nombran,
me roban un poquito de tu nombre;
parece mentira,
que media docena de letras digan tanto.
Mi locura sería deshacer las murallas con tu nombre,
iría pintando todas las paredes,
no quedaría un pozo
sin que yo me asomara
para decir tu nombre,
ni montaña de piedra
donde yo no gritara
enseñándole al eco
tus seis letras distintas.
Mi locura sería,
enseñar a las aves a cantarlo,
enseñar a los peces a beberlo,
enseñar a los hombres que no hay nada
como volverse loco y repetir tu nombre.
Mi locura sería olvidarme de todo,
de las 22 letras restantes, de los números,
de los libros leídos, de los versos creados.
Saludar con tu nombre.
Pedir pan con tu nombre.
-Siempre dice lo mismo- dirían a mi paso,
y yo, tan orgullosa, tan feliz, tan campante.
Y me iré al otro mundo con tu nombre en la boca,
a todas las preguntas responderé tu nombre
-los jueces y los santos no van a entender nada-
Dios me condenaría a decirlo sin parar para siempre.






 

lunes, 10 de noviembre de 2014

Y llegaron las novelas gráficas…


Cuando era un pequeño y prometedor lector, me subyugaron los tebeos. Los llamábamos así, incluso de vez en vez, también cómics. Me fascinaban personajes españoles como El Capitán Trueno o El Jabato, Roberto Alcázar y Pedrín, o el Guerrero del Antifaz –y sin que nos preocupara por entonces su ideología-. Leía con fruición las aventuras de héroes extranjeros como Phantom (el Hombre  Enmascarado), o de varios de la Marvel (Spiderman, Thor, los Cuatro Fantásticos). Era fan de Tintín y de Astérix. Seguía a las distintas historietas editadas por Bruguera: Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón, Anacleto, y tantos. Devoraba cualquier tebeo que cayera en mis manos, y si mi vecina tenía una colección en la que se incluían tebeos “para chicas”, también los curioseaba. Leía Don Miki, lo que fuera, con tal de que estuviera ilustrado y tuviera bocadillos.
 

 

Fue sin duda, una excelente introducción en el mundo de la lectura. La de libros no tardaría en llegar, me enganché a colecciones como la de los Hollister, los Tres Investigadores, los Cinco o los Siete Secretos de Enid Blyton. Para mí fue un paso lógico. Hoy sería objeto de sesudo estudio: acabé pues, en las fauces de la literatura infantil-juvenil. Y desde la distancia en el tiempo, no me arrepiento en absoluto. Los protagonistas de tu edad no eran mejores que los héroes de tebeo, simplemente se complementaban.
 

 

Este verano llegó a mis manos, gracias al Plan Lector del IES Hermanos Argensola, “La ventana” de Sean Chuang, Bárbara Fiore editora. Una bellísima y desgarradora historia en la que apenas hay texto, sin bocadillos. Unas ilustraciones de una factura maravillosa, en una edición cuidada, con un colorido acorde con el lugar y la época en la que se desarrollan los hechos. Tal y como reconoce el autor, se trata de un homenaje desde Oriente de ese Occidente para ellos, fascinante y a la vez extrañamente cercano.
 

 
 

A menudo, son los observadores lejanos los que mejor plasman detalles que de otra manera se nos escaparían a quienes vivimos una eventualidad de forma directa. No es la primera vez que unos ojos rasgados visionan nuestro mundo de una manera más intensa que nosotros mismos- Y para demostrarlo, acudiré al ejemplo de otro soporte para la ilustración, las series de dibujos animados. ¿Quién no ha ido a Suiza buscando la que aparecía en la archifamosa Heidi? ¿Hubo alguna niña que en su momento no se identificara con los ojazos desproporcionados, y al mismo tiempo enternecedores, de Candy Candy?

A quienes vivimos en primera persona esa entrega indisimulada a los dibujos por entregas, -recreada por cierto, de manera altamente aleccionadora, por lo que se refiere a los grandes de la ilustración del equipo de Bruguera, en otro volumen de novela gráfica, la imprescindible “El invierno del dibujante” de Paco Roca, Astiberri- esta moda de tebeos para adultos, de narración en su versión ilustrada, no hace más que reafirmarnos en una pasión que nunca nos ha abandonado. Los tebeos forman parte de nosotros, de nuestro paso por la vida…






 
 
 
 

viernes, 7 de noviembre de 2014

Sobre “Maribel y la extraña familia”, de Miguel Mihura, sobre leer teatro,...


No creo que sea casualidad, que dos de mis lecturas esenciales “de todos los tiempos” sean obras de teatro, clásicos para más “inri”: la una, en verso para más detalle, “La vida es sueño”; y la otra, un esperpento, “Luces de bohemia”. Siempre me ha encantado leer teatro, ni lo evito, ni quiero evitarlo. No es porque no me guste verlo representado, aunque tengo que decir que a menudo la puesta en escena de obras que había leído previamente, me ha decepcionado profundamente. Quizá sea porque tengo vocación de director de escena, pero no, que no me dejen convertir en realidad semejante despropósito.

La obra de Mihura, para muchos críticos menor, una simple obrita, es en realidad un excelente ejemplo de lo que la buena literatura defiende: decir más con menos. Frente a tantos sesudos mamotretos de escritores serios, y por qué negarlo, libros por lo general bastante aburridos, nuestro autor consigue con un estilo desenfadado y pelín previsible, metas muy complejas. No es sencillo enfrentarse con los prejuicios de una sociedad. A renglón pasado, todo resulta más cómodo, entonces cualquiera puede sonrojar a los que se equivocaron.
 

 
 

Los que tenemos una cierta edad, inequívoco síntoma de madurez, reconoceremos esa España gris en la que viven los personajes de la obra. Un país en el que las mujeres estaban obligadas a, al menos,  parecer decentes. La decencia, ese concepto que hoy suena a trasnochado, y que sin embargo se torna actual cuando los chicos de un instituto califican de puta a la muchacha con muchos amigos, y machote al chaval que ronda a todas las de la clase.

Maribel es una prostituta, y lo parece además. Los espectadores de la época se tenían que partirse de la risa al ver a las ancianas “chochas” protagonistas tratarla con delicadeza, mostrando un interés inusitado por esa vida “desenfadada y libre” que llevaba. La lección maravillosa la ha dado el paso del tiempo. Hemos alcanzado a leer entre líneas, y a comprender la bomba de relojería contracultural que ocultaba el argumento que planteó  Mihura. Fue moderno, cuando en realidad no había nada de extraordinario en que un hombre pudiente retirara del ejercicio de su carrera a una mujer de la calle. Es moderno, es modernidad, hacer chocar y solaparse sin problemas, la realidad decimonónica de unas damas bondadosas con la lógica desconfianza de un grupo de mujeres sobradamente maltratadas por la vida.

El tono de la obra es de comedia de salón. Se va acelerando hacia el final, pero el autor no duda en dejar llevar por los meandros necesarios el recorrido de sus personajes. Articula de manera magnífica el suspense de algo tan de hoy como la posibilidad de que el protagonista y sus añosas familiares sean psicópatas peligrosos. Contribuyen al acierto del autor: la rancia escenografía, la localización de los actos, y por supuesto, episodios cómicos como  esa fantástica ocurrencia de que una ancianita solitaria pague por que alguien le haga una visita.

El análisis de la sociedad que nos rodea es uno de los mejores servicios que puede hacer un escritor. Mihura demuestra ser un maestro como analista de vicios e inquietudes, en la brumosa tierra de las segundas oportunidades. Una lectura muy recomendable para lectores en la etapa final de la secundaria…






 

martes, 4 de noviembre de 2014

A propósito de lo que deberían (o no) leer los chicos…


No hace mucho que terminé de leer “Nada”, de la autora danesa Janne Teller, una novela que comparte con la mítica obra de la barcelonesa Carmen Laforet ese desapego existencialista, ese pesimismo con un cierto punto autodestructivo. Lo llamativo es que en este caso, y no ocurría lo mismo con la ganadora del premio Nadal, se trata de una muestra de la mal llamada literatura juvenil. Me explicaré.
 


 
 

En el epílogo del volumen publicado por Seix Barral, se indica por parte de la autora que nunca llegó a entender el revuelo provocado por su novela, que incluso se llegara a prohibir su lectura en institutos de ciertas partes de Dinamarca. Sinceramente, y tras conocer yo mismo este libro de declarado corte nihilista, me planteo hasta qué punto no tenían algo de razón los padres en preocuparse.

No creo en las prohibiciones, ni en la censura. Actitudes como las de nuestro gobierno, prohibiendo el ejercicio de la democracia en un asunto como el de las ansias independentistas catalanas sólo llevan a jalear y exacerbar lo que paradójicamente se quiere evitar. Lo mismo ocurre con lo que se ilegaliza. A menudo, lo que está al otro lado de la frontera de lo permitido atrae más. Reprimir no es la solución, sin contar con lo que la represión tiene de inmoral. Por mucho que se esté en desacuerdo con algo, salvo claro está, cuando algo sea directamente nocivo -y en esto tiene que haber un consenso muy general-.



El libro de la “oenegera profesional” danesa (no ocultaré mis reservas hacia quienes hacen de su vida un paseo a cuerpo de rey, con la supuesta intención de salvar a los necesitados, aunque en realidad haya mucho más de reafirmación del ego que otra cosa; y aun así, hago público desde aquí, una vez más, mi compromiso con las oenegés que luchan por aquello en lo que creo, pensando más en el objetivo que en todos y cada uno de los medios), “Nada” parte de la decisión tomada por un adolescente, de no creer en nada, de no ocuparse de aquello que suele centrar la vida de los apacibles burgueses escandinavos, de subirse a un árbol y dedicarse a escupir a los que él considera malogrados compañeros de instituto, incautos seguidores de unos vacíos principios y una inútil confianza en la humanidad.

Los chicos protagonistas, que asisten atónitos al espectáculo, compañeros de clase de este  nuevo Simeón del desierto, acuerdan aportar a una especie de pira sacrificial algo que realmente les importe a cada uno de ellos. ¿Y qué puede ser esencial para uno? Gradualmente, lo que estos muchachos van aportando se convierte en más, y más sangrante, y lo digo literalmente, hasta subir el tono de la narración a uno cuasi-apocalíptico.

Sería en el fondo, una interesante reflexión: reducir lo que nos rodea a lo imprescindible, a la medida de nuestra supervivencia como individuos, a la circunstancia que ya no lo es. Ahí está el agarradero de Teller: el supuesto mensaje optimista de su obra. Y si es así, ¿por qué será que me deja ese sabor amargo y desolador?

La existencia nunca es fácil, y recuerdo vivamente todavía el lastre de una edad de esperanzas, desapegos y desmedidas ansias; esa adolescencia por la que todos pasamos, ha de tener su momento de descubrimientos, de decepción, pero también un horizonte de superación. En ello se me ocurre que puede estar la aportación de los adultos que nos ocupamos de la educación de unos seres tan vulnerables, tan abiertos a conocer y sentir, como los adolescentes de la obra que nos ocupa, y como todos los demás que en el mundo son o han sido. Se trataría de intentar aportarles una actitud más serena, necesariamente crítica desde luego, pero también reparadora de esas primeras heridas.

Algunos chicos de un instituto más cercano, del Hermanos Argensola de Barbastro, han sabido leerlo en su momento, con el ojo del que se queda con lo simbólico, así como con lo añadido, con la fuerza subyacente, y siempre y sin duda, guiados por su educadora. ¿Y los demás, los otros, los más, lo han reducido todo a la anécdota “gore”, al absurdo que todo lo relativiza?

Nada. La nada puede ser muy plena. De ella, como del silencio, se aprende…





 

domingo, 20 de julio de 2014

De coherencia, cohesión y otras veleidades varias...


Llegué por ese azar del Facebook, a la página que la escritora Elvira Lindo tiene en esta red social. En su entrada más reciente, comentaba un artículo que acababa de publicar. Era una defensa que en ese momento de repentino (y en mi opinión, lo admito sin problemas, completamente injustificado) entusiasmo republicanista, me pareció no sólo razonable sino también ecuánime, de la figura del nuevo rey Felipe. Me lo pareció hasta que leyendo los comentarios realizados a su entrada, me encontré con un/a airado/a comentarista que le recordaba que sí había compartido mantel con el entonces príncipe, y además en su propio palacio. Fue el revulsivo que yo necesitaba…

Me he planteado lo que empuja a un intelectual a convertirse en un paniaguado, en un servil correveidile del poder. Elvira Lindo y su marido han flirteado y coqueteado con los que en su momento tuvieron autoridad, y finalmente sucumbieron sin reparos al canto de sirena del poder. El uno aceptó un alto cargo cultural. La otra admitió la portavocía de lo políticamente correcto desde sus columnas en un importantísimo medio de comunicación entonces descaradamente favorable a quienes mandaban en el país. Sus columnas me parecieron nauseabundamente complacientes con los “suyos”, por no añadir ese tufillo “progre chic” que admitía como modélico que supuestos intelectuales de izquierda se regodearan de su superior situación económica para pasar por la cara de sus paletos y empobrecidos lectores un consumismo descarado y elitista.

Por supuesto que a veces cuesta asumir los propios actos. Especialmente, cuando tus amigos y el resto de personas integrantes de tu entorno comparten gustos incoherentes y pasiones erróneas. El “despiporre” fue a más, no tuvo ningún empacho en publicar una especie de dietario de su estancia a cuerpo de rey en la “Gran Manzana”. Esa desfachatez con la que reconocía sus privilegios, así como el “gustirrinín” que le producían sus hábitos escandalosamente caros, estoy convencido de que a quienes leíamos sus atorrantes crónicas con cierto espíritu crítico, nos dejaban entre indignados y desconcertados.
 
 

No terminaré sin embargo, esta reflexión sin manifestar mi admiración por la autora de “El otro barrio”, por la creadora de las impagables aventuras de ese personaje que ya es un clásico de la literatura infantil, y qué demonios, de la literatura sin etiquetas, el gran Manolito Gafotas. En ocasiones, hasta la magia del estilo me ha hecho superar el “pedorrismo” de una por otra parte, magnífica observadora de nuestra realidad. Ha demostrado sobradamente esto último también en algunos de sus excelentes guiones para cine.

De alguna manera, esa admiración únicamente en apariencia contradictoria, me hace plantearme lo nocivo que puede ser alcanzar el estatus de “escritor laureado”, de entrar en la nómina de “quienes cuentan”, de pasar a ser de los “imprescindibles” para esos “gurús culturales” que tanto discriminan la verdad respecto a lo que verdaderamente importa, que tanto daño hacen con su cortedad de miras y su manía por sacralizar lo que no son sino modas, y lo que es peor, sus propios gustos nada más.

 

Y todo, porque la pobre Elvira saboreó algún plato insulso, pero insuperablemente “nouvelle cuisine” con doña Letizia con zeta, y el “sobradamente preparado”. Algunos no tenemos nada mejor que hacer que pensar por nuestra cuenta. Peligroso...





 

viernes, 27 de junio de 2014

Y hoy va de clubes de lectura...

(Publicación en Facebook, el 11 de enero de 2014)
 
 

 El jueves 16 de enero, nos reunimos los participantes en el club de lectura promovido por la Biblioteca de Zuera. Estoy deseando que llegue esta nueva inmersión en las distintas visiones de las “chicas” sobre la obra que hemos leído ¿Qué hará que los hombres lean y sin embargo, necesiten mucho menos poner en común lecturas? ¿Es la lectura masculina más individualista por lo general? La mía desde luego no lo es, o al menos no siempre. Es muy enriquecedor comprobar que el mismo texto puede ser coral en las voces de personas que le aportan su diferente personalidad, que rezuman experiencias a menudo contradictorias y únicas.

En esta ocasión vamos a compartir impresiones sobre “Seda”, de Alessandro Baricco. Se trata de un libro que he releído con gusto, pues es una propuesta sugerente sobre el mundo oriental desde la perspectiva de un occidental. 

 Un texto sugerente, a veces minimalista, de una brevedad gratísima, que despliega una prosa rica, muy intensa. A ello hay que añadir la nueva edición de Edelvives, con bellísimas ilustraciones de la maga y maestra Rebecca Dautremer. 

 Me ha encantado una vez más, la reseña que de esta maravilla divulga Antón Castro en su blog. Los fetichistas del libro impreso sabemos muy bien lo que quiere decir cuando habla de un "libro objeto perfecto". Echad un vistazo por otra parte a algunas de las ilustraciones de la artista francesa que encontraréis en la otra reseña, cuyo enlace he incluido también.
 

http://www.elplacerdelalectura.com/2013/12/seda-de-alessandro-baricco-ilustrado-por-rebecca-dautremer.html

Aprovecharé para reivindicar aquí la labor que desarrolla Chus Juste Pala, la bibliotecaria de Zuera. Incansable ante cualquier tormenta que quiera abatirla, lleva años convirtiendo a su biblioteca en referente cultural no sólo para Aragón, sino como demuestra algún premio merecidísimo, a nivel nacional. Con ella y con su trabajo, los ciudadanos de la zona podemos disfrutar de multitud de iniciativas que tienen como sede y apoyo a ese espacio mágico en el que nuestro club de lectura tiene su casa. Gracias, Chus.

jueves, 26 de junio de 2014

Videopoema I

Lidia López Miguel me sugirió el nombre de este poeta de la India, Subhro Bandopadhyay (https://www.facebook.com/subhro.bandopadhyay) , profesor de español en el instituto Cervantes. En su muro he encontrado este videopoema, proporcionado a su vez por Pregunta Ediciones

 

 







La Cartonería


 

 
(Publicación en Facebook, el 9 de diciembre de 2013)
 
Nota: Aunque el espacio-tienda a día de hoy está lamentablemente cerrado, Jose Orna sigue a la cabeza de su maravilloso proyecto y La Cartonería sigue viva.

 

Quiero apoyar desde aquí el proyecto que es La Cartonería.

Un espacio que no es únicamente una magnífica tienda que os recomiendo vivamente, en esta época de regalos, -y en cualquier otra época- podréis encontrar verdaderas maravillas en papel y cartón, las que allí se exhiben.

Tampoco es una librería cualquiera con los libros de otro de sus proyectos, la editorial Latas de cartón.

Es ante todo, un espacio de creatividad.






 El "alma páter" de La Cartonería es mi editor, Jose Orna.

Como tú dices, Jose, "salud" en todo lo que estás embarcado. Gracias por la edición de mi libro, "Piedras que no llegan al mar", por tu trabajo, por tu esfuerzo para que todo llegara a tiempo...



http://cartoneria.es/

 





Homenajeando a una señora de la literatura española...

En el blog de Rosa M Vela, "Poesía necesaria como el pan de cada día":


http://poesianecesariacomoelpandecadadia.wordpress.com/2014/06/25/1023/









miércoles, 25 de junio de 2014

Poesía para llevar (... y disfrutar)

(Publicación en Facebook, el 5 de diciembre de 2013)

Me encanta compartir aquí mi colaboración en una iniciativa escolar tan interesante como Poesía para llevar.

Para quien no la conozca, se trata de elaborar una "hoja volandera" con uno o varios poemas de un autor, de forma semanal, con la intención de que desde la biblioteca de cada uno de los institutos de secundaria participantes (veintiuno este año, de las tres provincias aragonesas), desde la biblioteca digo, se lance a las manos de cualquier potencial lector. Incluye también alguna información sobre el autor en cuestión, o como este año, comentarios elaborados por los propios alumnos.



 Afortunadamente, contra viento y marea, las ediciones se vienen sucediendo desde el 2001. Recomiendo echar un vistazo a su blog. Tan sólo en lo que llevamos de año ya se han incluido poemas de clásicos como Rosalía de Castro o Miguel Hernández, pero también de Gloria Fuertes (¿alguien duda de que hace tiempo que entró en el canon literario?), Dulce Chacón o de la aragonesa Almudena Vidorreta.

¡Larga vida a la poesía!

http://poesiaparallevar-ljp.blogspot.com.es/